Bilbao, 20 de abril de 2020.- El comercio de proximidad es, en líneas generales, uno de los sectores más golpeados por las consecuencias del estado de alarma. Para muchos responsables de establecimientos la situación puede resultar insostenible, si se sigue prolongando el mantenimiento del cierre.
Por supuesto que para CECOBI cualquier puesta en marcha debe estar en consonancia con el cumplimiento de las instrucciones establecidas por las autoridades sanitarias. Pero a la vista de los actuales resultados y en línea con los parámetros que se están certificando sería lógica la apertura paulatina, limitada y regulada de comercios y pequeños negocios, bajo estrictas medidas de seguridad y con el mantenimiento del preceptivo distanciamiento físico.
Ante la incertidumbre generada hasta la fecha porque se ha evitado poner un horizonte para una apertura escalonada de los comercios, el sector ha recuperado la esperanza ante la acertada postura del lehendakari de solicitar la apertura de los comercios a partir del próximo lunes 27 de abril, siempre con las garantías suficientes para no poner en riesgo ni la salud de los trabajadores ni la de los consumidores.
La situación que atraviesa el comercio de proximidad es insostenible. El comercio minorista en Bizkaia prácticamente vive al día, y con un mes sin registrar ingreso alguno, acumulando gastos lo que hace que en estos momentos nos estemos jugando el modelo de distribución comercial en muchos barrios y comarcas.
Hay muchos comercios que tal vez ni siquiera puedan volver a levantar la persiana y, los que lo hagan, estarán a expensas del tiempo que se tarde en volver a la normalidad, algo que no parece pueda producirse en un corto plazo de tiempo. El consumo además depende de la situación laboral de la sociedad y esto hace pensar que estamos ante un escenario muy preocupante.
Por eso, desde CECOBI, volvemos a reiterar que, entre otras medidas económicas, será necesario que se habiliten campañas urgentes y relevantes que incentiven la recuperación de la demanda del sector y que vuelvan a hacer atractiva la compra en la tienda física, mediante ayudas directas a los posibles compradores. Igualmente será necesaria una importante labor de sensibilización que ponga en valor el comercio de proximidad por su contribución al empleo y a la riqueza del territorio.