La Asociación Vizcaína de Empresarios de Actividades Físicas (AVEA) ha denunciado que unos 200 centros deportivos privados están "en serio peligro de desaparición", si no se toman "las medidas adecuadas". En este sentido, ha advertido de que las exigencias establecidas para poder abrir lo hacen "inviable".
La asociación, adscrita a Cecobi, ha subrayado que su objetivo prioritario es "procurar que vuelvan a la actividad los centros deportivos privados, garantizando la seguridad del personal y de las personas usuarias". Sin embargo, ha lamentado que, en este momento, "debido a las restricciones establecidas por la orden ministerial que regula el inicio de la actividad, no resulta viable la reapertura".
En este sentido, ha asegurado que "la propuesta cursada, que exige en esta fase que las actividades deportivas individuales se desarrollen con cita previa y sin uso de vestuarios, resulta difícil de asumir". "Menos aún cuando las restricciones de aforo limitan la ocupación a un 30% del espacio disponible y pretenden que toda actividad individual esté supervisada por una sola persona", ha añadido.
AVEAF considera que "la viabilidad de los centros es absolutamente compatible con unas estrictas y asumibles medidas de seguridad que podrían establecerse en torno a una reducción del aforo de un 30% respecto a lo permitido antes de que se decretara el estado de alarma, dejándolo por tanto en un 70% de lo que marca su licencia de actividad".
Del mismo modo, ha opinado que "podría ser suficiente una distancia de, al menos, 1,5 metros entre usuarios, determinando, por ejemplo, una alternancia de uso de máquinas o equipamiento, haciendo posible incluso el desarrollo de clases colectivas en las que se pueda asegurar un espacio mínimo de 2×2 para cada persona, tanto en las salas como en vestuarios".
También ha propuesto añadir a esas medidas el mantenimiento de una ventilación permanente en todos los espacios destinados a actividades, la implementación de señalizaciones y balizamiento de zonas comunes, la provisión de EPIs para trabajadores y su formación específica en los protocolos de limpieza e higienización, o la provisión discrecional de material de limpieza y desinfección individual para los usuarios.
A su entender, "son alternativas que permitirían garantizar la seguridad de cuantas personas estén en los centros y abrirían la esperanza para que los negocios pudieran, poco a poco, recuperar la confianza de las personas usuarias y, en consecuencia, la posible rentabilidad de las instalaciones".
Según los datos que ha aportado, en Bizkaia existen en estos momentos unos 200 centros privados de actividades físicas, de diferentes tipologías y tamaños, y la mayoría están conformados por autónomos y pequeñas empresas.
"El problema en estos momentos es que el futuro no parece muy prometedor y los gimnasios de Bizkaia se encuentran en serio peligro de desaparición, si no se toman las medidas adecuadas, dejando sin trabajo a miles de personas", ha lamentado la asociación.