Hace unos días el Eustat dio a conocer la Encuesta de gasto familiar 2020. Unos datos que, a pesar de tener que ser analizados dentro del contexto social y económico derivado de la pandemia provocada por el COVID-19, son malos para el sector del comercio de proximidad. Y es que el gasto medio por hogar en Bizkaia y, por supuesto en Bizkaia, fue de 31.113 euros, un 10,1 % menos que el año anterior.
Sectores como la hostelería, la moda, el ocio y cultura han sido los más afectados, con porcentajes que alcanzan casi el 42 % en algunos de los casos y que deja más tocado si cabe, un sector que viene sufriendo situaciones de desamparo desde hace años.
Estos datos no dejan de confirmar la muy complicada situación en la que vive el comercio de Bizkaia. Independientemente de la falta de movilidad y de los confinamientos, el principal problema que azota al sector es que no existe el consumo y que ya venían reflejando los índices de confianza al consumidor con resultados negativos, trimestre tras trimestre.
Tras el fin del estado de alarma, el avance de la vacunación y la relajación de restricciones a la actividad de las tiendas y a la movilidad por la COVID-19, la situación del comercio de proximidad en Bizkaia continúa siendo alarmante. Aunque se espera cierta reactivación del consumo para los próximos meses, que tendrá su reflejo también en el periodo de rebajas de verano, lo cierto es que el ahorro que se incrementó de manera importante en las familias durante el periodo de confinamiento no se está trasladando al comercio. El consumo continúa retraído.
Algunas voces sitúan la digitalización y la venta por Internet como la única tabla de salvación del comercio de proximidad. Es cierto que el gasto realizado a través de Internet sigue en aumento desde el año 2016, con una media por hogar de 3.798 euros, pero solo supone el 10,1 % del total en toda Euskadi.
De cara al futuro del sector, es cierto que lo vemos clave para su mantenimiento, pero siempre que ayude al comercio a generar el mayor retorno físico en el negocio con soluciones vinculadas a sus propias necesidades. Existen características que la digitalización y la compra online no logran. El trato y la atención personalizada, y la fidelización son elementos vinculados a la experiencia de compra. Unos factores de competitividad únicos del pequeño comercio, que marcan la diferencia y junto al resto de medidas, permitan recuperar la actividad de nuestro sector más pronto que tarde.
Pedro Campo
Presidente de CECOBI