¿Qué ha provocado la crisis del Manchester City?
Unas cuantas derrotas seguidas y una serie de puntos perdidos no suelen constituir una crisis. Pero éste no es un equipo normal.
Los duros golpes de la adversidad han mermado la resistencia del club. A menos que puedan reparar el daño, esto podría ser un bache a largo plazo.
Falta de confianza
Como sucede a menudo en el fútbol, un factor importante en la caída del Manchester City es la falta de confianza. Ganar genera confianza, y cuando ésta empieza a decaer, se cometen errores y un equipo puede desmoronarse muy rápidamente.
Eso es lo que parece haber ocurrido en el Manchester City, cuya derrota ante el Liverpool fue la cuarta en seis partidos. Es un abismo de decadencia que habría sido impensable cuando se alzaron con el título de liga la temporada pasada.
También es posible que algunos miembros de la directiva del club se estén dando cuenta ahora de que han tomado algunas decisiones precipitadas, como dejar marchar cedidos a jugadores clave como Rodri esta temporada. Eso les ha dejado con un equipo que es como el Jenga: quitas la pieza equivocada y todo se derrumba.
Lesiones
Pep Guardiola está descubriendo el significado de crisis a medida que empiezan a aparecer grietas en su imperio en el Manchester City. El club ha perdido cinco partidos seguidos y se encuentra a siete puntos del líder, el Liverpool, en la clasificación de la Premier League.
Aunque hay muchos factores en juego, la principal razón del declive del Manchester City es una crisis de lesiones que ha dejado fuera de juego a jugadores clave como John Stones, Jeremy Doku, Ruben Dias y Nathan Ake. La pérdida del incondicional defensivo Rodri es especialmente significativa, ya que se trata de un componente clave en la estructura del equipo.
La ausencia del centrocampista ha debilitado al Manchester City y ha provocado una falta de equilibrio, ya que el equipo lucha por mantener su dominio sin él. Esto también les ha hecho más vulnerables al tipo de errores que han estado cometiendo en las últimas semanas.
Debilidad defensiva
Para un equipo que se enorgullece de su precisión y su dominio, la fragilidad defensiva del Manchester City se ha convertido en un dato alarmante. Los Cityzens han encajado 26 goles desde noviembre, lo que ha agravado su debilidad defensiva.
Esta debilidad se ha visto exacerbada por la ausencia de Rodri, que ha dejado al Manchester City dependiendo de Kovacic y Gundogan para filtrar espacios y seguir a los corredores. No es la solución ideal, dadas las limitaciones subyacentes de estos jugadores.
En vísperas de su visita a Anfield, la presión sobre Guardiola para que solucione estos problemas es cada vez mayor. Ya sea mediante ajustes tácticos o con refuerzos en el mercado de fichajes de enero, el Manchester City debe encontrar la manera de restaurar su integridad defensiva y evitar un bajón importante de forma. Es una prueba que no pueden permitirse fallar.
Presión alta ineficaz
Inmediatamente después de la sorprendente derrota del Manchester City ante el Sporting, Guardiola defendió su rendimiento insistiendo en que «sigue siendo optimista». Esto no fue un intento de desviar las críticas a su director de fútbol Txiki Begiristain por no encontrar un sustituto adecuado para Rodri, sino más bien un reconocimiento de que no están haciendo las cosas bien.
Aunque pueden esgrimir las lesiones (sobre todo las de Rodri y John Stones) como excusa, la realidad es que su escala de superioridad parece haberse reducido y los rivales perciben su vulnerabilidad. Su característica presión alta no es tan eficaz como antes y los rivales están evolucionando tácticamente para contrarrestarla.
El resultado es que el reinado de Guardiola no está yendo tan bien como él hubiera esperado. Está en territorio de crisis y, como él mismo ha admitido, necesita cambiar algo.
Falta de apoyo
Para un club que se ha convertido en sinónimo de dominio y precisión, la crisis actual del Manchester City es un golpe importante. Ha dejado al descubierto una fragilidad en la estructura del equipo, sobre todo en el centro del campo, donde las ausencias de Rodri y Kevin De Bruyne han exacerbado la dependencia de un solo tipo de jugador. Es como el juego Jenga: quitas una pieza y todo se viene abajo.
Llevará algún tiempo determinar el impacto exacto de esta última indignidad, pero está claro que la resistencia del Manchester City está menguando: sus huesos parecen frágiles y pueden resquebrajarse fácilmente con fuertes golpes. Y si esto continúa durante demasiado tiempo, será imposible predecir cómo se recuperará el club. Se trata de una crisis que podría durar años.
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